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El maestro Abreu sembró la música con visión de unidad nacional

porPrensa Presidencial

Mar 24, 2022

Palacio de Miraflores, Caracas.- Con 43 años de postulado por la música como lenguaje universal y como medio profundo para la comunicación, el maestro José Antonio Abreu Anselmi, dejó un legado extraordinario para las futuras generaciones, expresado en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles Simón Bolívar . Es la música con una mirada de paz y progreso para la humanidad.

El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles nació el 12 de febrero de 1975, por iniciativa de José Antonio Abreu, músico venezolano, economista y educador quien prometió masificar el aprendizaje de la música, bajo una visión ética y espiritual para la formación de individuos integrales, así lo cumplió hasta el día de su partida el 24 de marzo de 2018.

“Vi en las orquestas la más hermosa expresión de unidad nacional. Vi una Venezuela pujante, llena de voluntades y de esfuerzos por conseguir lo que se quiere. Vi una Venezuela orgullosa de sus músicos que triunfan y se destacan al más alto nivel mundial”, era la visión del maestro desde 1.975.

Hoy compartimos la alegría en un sentimiento de unión entre los venezolanos y venezolanas luego que el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, alcanzó el Guinness WorldRecord, tras la hazaña lograda en el concierto del pasado 13 de noviembre de 2021, durante un encuentro multitudinario con una selección multigeneracional de orquestas sinfónicas de nuestros núcleo que fue realizado en el Patio de Honor de la Academia Militar, logrando la certificación oficial como La Orquesta más Grande del Mundo, integrada por 8.573 músicos.

La superación del reto se realizó en honor al legado humanista del Maestro Abreu que abrazó a miles de personas en Venezuela.

La música para todos y todas

Uno de los aspectos esenciales del Sistema fue su poder liberador, creador y de inclusión.El arte se transformó en un derecho social. En las zonas populares se comenzaba a conocer y practicar a Mozart y Beethoven, niños interpretando sus piezas dando al traste con el dogma que relegaba la alta cultura musical a unos pocos privilegiados.

El monopolio de la élite se quebró. La música se convirtió en un instrumento de liberación, inclusión y progreso; una alternativa sustentable de educación y paz al servicio del hombre, llevaba la impronta del maestro Abreu, quien concibió la música como un derecho social del pueblo.

Con métodos pedagógicos el maestro supo incluir a todos.

Profesores, lutieres, cultores, madres embarazadas, personas con alguna discapacidad, privados de libertad, enfermos crónicos, músicos académicos y músicos populares se contaron por miles en el Sistema. La oportunidad fue igual para todos y con ello la inclusión que provenía de hogares de escasos recursos económicosy de zonas urbanas con mejores posibilidades de acceso.

“El Sistema rescató, desde sus inicios, la visión del individuo en colectivo, del ser que expresa la belleza a través de la práctica musical en sociedad”, afirmó Abreu en una entrevista a la revista Cambio 16, de fecha 03 de marzo de 2015.

El gran maestro comenzó con 11 discípulos, aunque seguramente fueron muchos más. La historia no cuenta sobre las madres que veían en la música una opción contra la violencia o sobre los hermanos, primos y amigos que soñaban con los aplausos al término de un concierto en Los Ángeles o Viena.
La población humilde tenía la puerta abierta. El Sistema llegó en forma de pequeños conservatorios a las comunidades más desfavorecidas, donde los niños y jóvenes recibían un instrumento musical y educación gratuita.

En las aulas adquirían disciplina y hábitos de estudio. Los pequeños estudiantes aprendían de tolerancia, solidaridad y perseverancia; eran formados para buscar la excelencia. Esta visión persiste en los núcleos y módulos del Sistema.

“En la Orquesta y los Coros se pulen esos valores, actitudes y conductas positivas, fortaleciéndolos diariamente con el sano mérito y la fe en el ‘sí puedo; nada es imposible’. Allí nacen individuos que se suman al colectivo, buenos ciudadanos para la sociedad y el mundo, espíritus ricos en belleza, seres defensores de la unión, ejemplos dignos para el país y para el mundo”, subrayó Abreu a Cambio 16.

La idea del maestro Abreu, convirtió a Venezuela en referencia mundial, ahora no se le conocería sólo por el petróleo, sino también por un programa social y cultural que, sin distinción, se estableció en todos los sectores y estratos de la sociedad.

De acuerdo con cifras de Fundamusical, a principios del año 2020, se habían establecido 443 núcleos y 1.704 módulos distribuidos a escala parroquial, municipal y estadal; adicionalmente están conformados 1.772 agrupaciones de iniciación musical, 1.722 agrupaciones orquestales, 1.426 agrupaciones corales y 694 agrupaciones de Alma Llanera.

El Sistema también trasciende nuestras fronteras. A través de la música, Venezuela se convirtió en referencia mundial al inspirar a más de 40 países de los cinco continentes a establecer núcleos orquestales y programas de enseñanza musical demostrando que es una alternativa real y sustentable de educación, progreso y paz.

Otras experiencias se registran como una luz al final del túnel. Se trata del Programa Académico Penitenciario, que acoge a hombres y mujeres privados de libertad, quienes reciben la instrucción musical que les permite incorporarse en orquestas o coros, donde afloran las oportunidades y el alma se recrea.

También incorpora a niños o jóvenes con diversidad funcional o discapacidades físicas y cognitivas como una muestra de la verdadera inclusión social sin precedentes en la historia.
Para los integrantes, el Sistema es un proyecto de vida y van enarbolando las banderas de la victoria y con ello representan a Venezuela como los embajadores de la paz, mientras reciben reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las artes y el Premio Internacional de música UNESCO, entre muchos otros.
“Hoy podemos decir que el Arte en América Latina ha dejado de ser un monopolio de élites y se ha transformado en un derecho social y del pueblo”, recalcó Abreu al recibir el Premio TED en 2009.

A esta labor se suman trabajadores y trabajadoras, así como el cuerpo docente con su experiencia y entrega académica que hacen posible un sueño, el mejor de todos, recrear al ser humano en sus propias capacidades.

Con el apoyo del Gobierno Bolivariano, el Sistema Nacional de Orquestas, lleva una carta de navegación segura y coloca en el centro al humano.

El maestro Abreu no aró en el mar. Venezuela avanza a paso firme y consolida la meta de 3 millones de integrantes del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, procurando no solo su expansión como modelo formativo y humanista, sino como plataforma de organización social de garantía para la construcción de un mundo mejor.

“Nunca podré decir misión cumplida. Yo ando en un compromiso de vida. Para mí, entonces, no hay misión cumplida. La misión es un proceso sin fin…Hasta que Dios quiera”. Destacó Abreu. 7 de mayo de 1939 Valera, Trujillo – 24 de marzo de 2018.

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