Kingstown, San Vicente y las Granadinas.- La posición de la República Bolivariana de Venezuela ha sido inclaudicable en torno a la controversia sobre el territorio de la Guayana Esequiba.
Lo que señalara hace pocos días el Mandatario venezolano acerca de que Guyana se tendría que sentar a dialogar, hoy es un hecho con la reunión de alto nivel que tendrá lugar en Kingstown, San Vicente y las Granadinas, y que será encabezada por los mandatarios de Venezuela y Guyana, Nicolás Maduro e Irfaan Ali, respectivamente.
En este caso, históricamente, Venezuela ha ratificado que quiere paz y entendimiento, y ha dicho el Jefe de Estado venezolano que su gobierno, desde el corazón y el alma quiere “por las buenas, todo” y “con el Acuerdo de Ginebra, todo”.
Pero, ¿qué dice el Acuerdo de Ginebra?
Este acuerdo para resolver la controversia entre Venezuela y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica, sostiene:
“El Gobierno de Venezuela y el del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en consulta con el Gobierno de Guayana Británica, Considerando la próxima Independencia de Guayana Británica ; reconociendo que una más estrecha cooperación entre Venezuela y Guayana Británica redundaría en beneficio para ambos países, Convencidos de que cualquiera controversia pendiente entre Venezuela por una parte, y el Reino Unido y Guayana Británica por la otra, perjudicaría tal colaboración y debe, por consiguiente, ser amistosamente resuelta en forma que resulte aceptable para ambas partes ; de conformidad con la Agenda que fue convenida para las conversaciones gubernamentales relativas a la controversia entre Venezuela y el Reino Unido sobre la frontera con Guayana Británica, según el Comunicado Conjunto del 7 de noviembre de 1963”.
Al respecto, el Dignatario venezolano argumenta que, al rubricar el Acuerdo de Ginebra, establecido el 17 de febrero de 1966, Reino Unido reconoció –de manera directa- que existe una controversia territorial pendiente por la Guayana Esequiba, acción que evidencia el carácter ilegal del Laudo Arbitral de 1899.
“Con la firma del Acuerdo de Ginebra, el Reino de la Gran Bretaña, potencia colonial ocupante, acepta la controversia que Venezuela venía planteando en el siglo XX. Es un elemento medular, que deja a un lado el Laudo Arbitral, porque si la Gran Bretaña hubiese considerado que no era elemento de discusión, no se sienta a negociar, no se sienta a debatir, no firma el Acuerdo de Ginebra”, ha destacado el presidente Nicolás Maduro.
Recientemente, recordó que el proceso de negociación tiene su génesis en el discurso de Marcos Falcón Briceño, exministro de Relaciones Exteriores de Venezuela (1960-1964), donde reclamó –con elementos históricos, políticos y diplomáticos a la mano- los derechos de Venezuela sobre la Guayana Esequiba en la 348° sesión de Política Especial de las Naciones Unidas el 12 de noviembre de 1962.
“De allí arrancó el proceso intenso de conversaciones, negociaciones y la firma de documentos previos que tienen una importancia medular porque, en esas negociaciones, el Reino de la Gran Bretaña reconoció de manera directa e indirecta que había una controversia pendiente por la Guayana Esequiba”, subrayó el mandatario venezolano.
Precisamente, el Acuerdo de Ginebra establece, desde el punto de vista del derecho internacional, que existe una controversia pendiente que no se ha resuelto en ningún acuerdo o documento previo “y que debe ser resuelto por la vía diplomática y pacífica”.
El primer ministro del país anfitrión (San Vicente y las Granadinas), Ralph Gonsalves, ha sostenido que “dados los eventos y circunstancias sobre la controversia territorial (…) hemos evaluado, en interés de todos (…), la urgente necesidad de distender el conflicto e instituir un diálogo adecuado, cara a cara, entre los presidentes de Guyana y Venezuela».
«Ambos (presidentes) se han mostrado a favor de esta posición en la búsqueda de una coexistencia pacífica», ha manifestado Gonsalves en el contexto de la reunión de alto nivel entre los presidentes Nicolás Maduro y Irfaan Ali, y que es impulsada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), de la que Gonsalves es presidente pro-tempore, y la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Prensa Presidencial / Anaís Pérez