Moscú, Federación de Rusia.- Las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales entre Venezuela y Rusia están en su mejor momento, generando buenos resultados gracias a la confianza mutua de los gobiernos, que han sellado sólidas alianzas en beneficio de sus pueblos.
Basada en principios de amistad, cooperación y respeto mutuo, Caracas y Moscú transitan un camino común por la consolidación del mundo multipolar para el desarrollo compartido, cuya hoja de ruta traza la Comisión Intergubernamental de Alto Nivel (CIAN), establecida en el año 2001.
Si bien las alianzas diplomáticas datan del 14 de marzo de 1945, sería a partir del año 1999 cuando adquieren un carácter estratégico, bajo una perspectiva de beneficio recíproco, siendo sus pilares la defensa de la soberanía, la autodeterminación de los pueblos y el rechazo a la injerencia.
Al respecto, el comandante Hugo Chávez recalcó, en mayo de 2001, que esta importantísima alianza estratégica, orientada dentro del proyecto de la Revolución Bolivariana, era una realidad, caracterizándose por ser punta de lanza de «la incorporación de Venezuela en este mundo pluripolar, mundo de libertades, mundo de desarrollo que comienza en el siglo XXI».
Precisamente, Hugo Chávez se convirtió en el gran precursor del nuevo paradigma global, liderando personalmente los esfuerzos para mantener e intensificar nuevos mecanismos de asociación, con énfasis en países emergentes no alineados a los dictámenes de Washington, como Rusia.
En esa línea, se ha mantenido el presidente Nicolás Maduro, quien, desde el año 2013, ha dedicado esfuerzos a la construcción de alternativas al modelo hegemónico y, particularmente, al fortalecimiento del binomio Venezuela-Rusia, junto a su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Mecanismo amplio para enfrentar desafíos del siglo XXI
Con el objetivo de avanzar juntos en la construcción de un mundo multicéntrico, en la instalación de la XVIII CIAN (2024), ambas naciones firmaron acuerdos para consolidar la agenda 2030.
Durante esa jornada de la CIAN, celebrada en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, fueron suscritos acuerdos estratégicos, que abarcan áreas claves como energía, comercio, ciencia, tecnología, farmacéutica, telecomunicaciones y finanzas.
Estos convenios no sólo refuerzan la colaboración existente, sino que también proyectan la relación hacia el año 2030 y más allá.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, destacó que estos convenios son un reflejo del «espíritu de respeto mutuo y confianza», que caracteriza la relación entre Venezuela y Rusia.
«Hoy, con estos acuerdos que hemos firmado, sellamos y consolidamos el camino de unión y cooperación de Rusia y Venezuela para el resto de los años por venir, de aquí al 2030 y más allá», puntualizó.
Reciprocidad
Por su parte, Dmitry Chernyshenko, viceprimer ministro de la Federación de Rusia, enfatizó la importancia de disminuir la dependencia de recursos energéticos y proteger la soberanía de ambos países.
«La parte rusa está dispuesta a garantizar el apoyo para hacer crecer el potencial, para crear una economía independiente y autosuficiente de Venezuela», declaró Chernyshenko.
Entre los acuerdos más destacados se encuentra un protocolo de intercambio de información y ayuda mutua con el sistema arancelario de la Unión Económica Euroasiática (UEE), una medida que busca contrarrestar los efectos de la guerra arancelaria iniciada por el Gobierno estadounidense.
El Jefe de Estado también hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia un «mundo nuevo», que garantice la paz y estabilidad para ambos pueblos y sin injerencismo, destacando la importancia de avanzar juntos en la construcción de un mundo multicéntrico.
«No dejemos que nuestras relaciones dependan de más nadie», enfatizó. Y añadió al citar las palabras del Libertador Simón Bolívar, que la relación de ambas naciones «sea una relación para lograr la máxima felicidad social de nuestros países, para lograr la máxima estabilidad económica y política».
La XVIII CIAN no sólo representa un avance en la cooperación bilateral, sino que también refleja un compromiso compartido, hacia un futuro en el que ambos países puedan enfrentar los desafíos globales, desde una posición de fortaleza y unidad.
Con este nuevo capítulo, Caracas y Moscú se preparan para enfrentar juntos los retos del siglo XXI, cimentando una relación que promete ser cada vez más robusta y multifacética.
Prensa Presidencial / Eduardo Hueck