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Líderes mundiales participaron en acto solemne con ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido

porPrensa Presidencial

May 9, 2025

Moscú, Federación de Rusia.- El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, participó junto a representantes de más de 20 países en la emotiva ceremonia de ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido. Un acto que resonará en la memoria colectiva de los pueblos.

En un escenario cargado de simbolismo, realizado luego del cierre del majestuoso desfile en Moscú, tuvo lugar esta tradición en la que los asistentes también llevan fotos de sus familiares que participaron en la guerra.  

Con el eco de la historia flameando en cada rincón, el monumento que atestigua el sacrificio de quienes lucharon con valentía durante la Gran Guerra Patria. El sol, en el horizonte, iluminó el rostro decidido de los mandatarios que marchaban al unísono, guiados por la sonoridad vibrante de la orquesta militar.

Así, los cadetes, con sus uniformes impecables, llenaron el aire con melodías que evocaban tanto la grandeza como el sacrificio, mientras las notas resonaban como un canto a la memoria y a la resistencia.

El presidente Maduro, con un ramo de rosas rojas en la mano, se acercó a la imponente lápida de granito que marca la tumba.

A su lado, los  presidentes de China Xi Jinping; por Cuba Miguel Díaz-Canel; por Bielorrusia Aleksandr Lukashenko; entre otros mandatarios y el anfitrión ruso Vladimir Putin, todos compartieron un instante de reflexión y respeto. Juntos, depositaron ofrendas florales, símbolo de unidad y reconocimiento a aquellos que dieron su vida por la libertad.

El monumento, inaugurado en 1967, es un testimonio eterno del heroísmo. En su inscripción resuena la frase: «Tu nombre es desconocido, tu hazaña es inmortal», recordando a los valientes que se enfrentaron al nazifascismo alemán.

Cada palabra es un eco de gratitud y reverencia hacia aquellos que lucharon sin esperar reconocimiento, pero cuyo legado perdura en cada rincón de la patria.

Cada paso dado por los presidentes resonaba con el peso del pasado y la esperanza del futuro.

Mientras las flores eran colocadas con delicadeza alrededor de la llama eterna, una brisa suave acarició los rostros de los presentes, como si los espíritus de los caídos estuvieran agradeciendo este gesto de honor.

La atmósfera estaba impregnada de solemnidad y orgullo, un recordatorio de que la lucha por la paz y la justicia nunca debe ser olvidada.

La ceremonia concluyó con los líderes y presidentes caminando hacia el Krenlim, mientras que los himnos, se escuchaban como un canto colectivo que celebraba no sólo a los héroes caídos, sino también la fortaleza y unidad de los pueblos que continúan luchando por un mundo mejor.

Prensa Presidencial / Eduardo Hueck