Palacio de Miraflores, Caracas.- En un hito sin precedentes para la democracia venezolana, 26 años atrás se desarrolló un histórico referéndum para consultar al pueblo sobre la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente como primer paso para la refundación de la República.
Convocada por el Comandante Hugo Chávez, la jornada del 25 de abril de 1999 marcó un antes y un después en la historia política, al convertirse en la primera consulta popular de este tipo realizada en Venezuela, donde más de 4 millones de ciudadanos acudieron a las urnas para expresar su voluntad soberana.
El referéndum planteó dos preguntas fundamentales a los venezolanos:
• ¿Convoca usted una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una Democracia Social y Participativa?
• ¿Está usted de acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo Nacional para la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, examinadas y modificadas parcialmente por el Consejo Nacional Electoral en sesión de fecha Marzo 24, 1999, y publicadas en su texto íntegro, en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 36.669 de fecha Marzo 25, 1999?
Los resultados fueron contundentes. Según los datos oficiales, de los más de 4 millones de votantes, resultaron válidos 3 millones 930 mil 899 votos, con una aprobación abrumadora.
«Más del 92% ha dicho que sí a la primera pregunta y casi 90%, bastante más del 80 por ciento, han dicho que sí a la segunda pregunta», destacó Chávez tras conocerse los resultados.
En esa oportunidad, también expresó su satisfacción con el resultado: «Yo me siento un ciudadano dichoso por haber -junto a gran número de compatriotas- contribuido en algo, aunque fuese con un granito de arena, con un impulso al proceso Constituyente, al proceso de cambios, al proceso de revolución pacífica y democrática que avanza indetenible en Venezuela».
El líder venezolano explicó entonces que este referéndum representaba la culminación de una fase crucial del proceso constituyente.
«La fase de la convocatoria ha terminado hoy, comenzó el 6 de diciembre, se activó de manera formal, de manera legal el día 2 de febrero en este mismo sitio, en este mismo palacio», afirmó al referir el decreto presidencial que firmó para convocar la consulta popular.
Este referéndum se distinguió por ser, como señaló el propio Chávez, el comienzo de «una democracia nueva que está naciendo por consulta popular, inaugurándose consultando al pueblo».
La importancia de este acto radica en que, a diferencia de procesos constituyentes anteriores en la historia venezolana, este surgió por voluntad popular expresada en las urnas.
«Estamos dando ejemplo al mundo», subrayó Chávez al añadir que «estamos dando ejemplo de lo que debe ser una democracia que está naciendo con un buen signo» en que la Venezuela nueva «no está naciendo por imposición, no está naciendo por manipulación, no está naciendo por la fuerza, está naciendo de un parto feliz, está naciendo del consenso de las mayorías, está naciendo por consulta».
En su discurso, el líder bolivariano comparó este proceso con otros momentos relevantes de la historia venezolana al recordar el Congreso Constituyente que se instaló tras los hechos del 19 de abril de 1810, que dio origen a la Primera República.
También mencionó la Constituyente surgida tras el golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 contra el gobierno del general Isaías Medina Angarita, la cual, a diferencia de la de 1999, «fue una Constituyente impuesta por una cúpula de un partido político».
La Carta Magna que derivó de este proceso, finalmente aprobada por otro referéndum en diciembre de 1999, introdujo cambios fundamentales en la estructura del Estado venezolano.
Entre sus principales innovaciones destaca el paso de la democracia representativa del Pacto de Punto Fijo de la IV República a la democracia participativa y protagónica, donde «la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley».
El texto constitucional, reconoce la condición multiétnica y pluricultural del país y crea figuras como el referéndum consultivo para materias de interés nacional y el referéndum revocatorio para los cargos de elección popular, elementos innovadores con respecto a la constitución anterior de 1961.
Es también la primera constitución venezolana cuyas garantías nunca han sido suspendidas desde su promulgación.
Sobre esto, el presidente Nicolás Maduro Moros reivindica la trascendencia de aquella gesta democrática, con fervor patriótico, y reitera que «este hecho histórico, es de gran importancia para la Patria de Bolívar, ya que gracias a nuestro Padre Chávez, los venezolanos decidimos una Democracia Protagónica».
«Nuestro Comandante Chávez nos dejó una Patria Democrática con un Pueblo culto y decidido a construir El Socialismo como verdadera expresión de la libertad humana», agregó.
La Constitución surgida de aquel vibrante proceso popular, explicaría el Jefe de Estado, se ha convertido en un baluarte de los derechos del pueblo venezolano, pues ha adoptado un sistema de justicia constitucional, «ubicándose así dentro de los sistemas más avanzados del mundo”.
En esa línea, además añadió que otorga «amplia garantía de los Derechos Humanos», establece la unicameralidad del Poder Legislativo representado por la Asamblea Nacional, reconoce los derechos de los pueblos originarios, consagra el derecho al voto de los militares e instituye los poderes Ciudadano y Electoral.
Con orgullo patrio, el presidente Maduro definió este legado como «la Constitución más completa, más democrática y más humanista del Planeta Tierra».
El proceso constituyente de 1999 representa, sin duda, un punto de inflexión en la historia política venezolana.
Aquel domingo 25 de abril, millones de venezolanos escribieron con sus votos una nueva página en la construcción de su destino como nación soberana.
Como afirmó Chávez, citando al Libertador Simón Bolívar: «Dichoso el ciudadano (…) que convoca la soberanía popular para que ella imponga su voluntad absoluta».
La gesta constituyente de 1999 permanece como testimonio vivo de la voluntad de un pueblo decidido a ser protagonista de su historia.
El día en que Venezuela decidió refundarse a sí misma quedará por siempre grabado en las páginas doradas de la historia latinoamericana, como ejemplo vivo de que los pueblos, cuando se les consulta, son capaces de tomar en sus manos las riendas de su propio destino con sabiduría.
Prensa Presidencial / Eduardo Hueck