Palacio de Miraflores, Caracas.- Con el fin de asumir temporalmente las riendas del país, un juramento de lealtad y compromiso patriótico por la paz y en defensa de la soberanía se sellaba entre el Presidente de la República Nicolás Maduro y el pueblo venezolano, el 9 de marzo de 2013, tras la partida física del Comandante Eterno Hugo Chávez.
“Juro a nombre de la memoria heroica de nuestros pueblos indígenas, de Guaicaipuro, de nuestros Libertadores, del más grande ellos Simón Bolívar, de Ezequiel Zamora y su ejército de desarrapados, juro a nombre de nuestros niños y nuestras niñas, de los soldados de la Patria, de los obreros, de los campesinos, juro a nombre de la lealtad más absoluta al Comandante Hugo Chávez que cumpliremos y haremos cumplir esta Constitución Bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre ¡Lo Juro!”, expresó el Presidente Maduro en lealtad a la Revolución Bolivariana.
En torno a este juramento, se daba cumplimiento a lo establecido en la Carta Magna, en su artículo 233por la partida física del Presidente Hugo Chávez.
“Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato”, reza el articulo 233.
Además, la Constitución mandata que “si la falta absoluta del Presidente o Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva”.
En este contexto, Maduro asumía como Jefe de Estado encargado, en un acto en el que fue juramentado por el presidente de la Asamblea Nacional de ese entonces, Diosdado Cabello
El hombre que vence las dificultades
A modo particular, Maduro, ha estado en resistencia durante los últimos nueve años, cuando ha tenido que soportar una guerra multiforme de la marca del hegemón imperial.
En sus primeros años de gobierno, Maduro ha demostrado con su discurso pacifista, pero firme, que sobre ello se cimienta su sistema político y las relaciones diplomáticas que emprende con otras naciones, práctica de la que han sido testigos los más de 30 millones de venezolanos que residen en el país, así como los ciudadanos del mundo.
En su agenda diplomática se inscriben más de 1.000 llamados a diálogo a la derecha venezolana, “dónde, cómo y cuándo quieran”, además de las convocatorias a mandatarios que han atacado abiertamente al país, con el único propósito de contribuir en la conformación de un “mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”, tal como lo planteó el líder revolucionario, Hugo Chávez, en el IV objetivo histórico del primer Plan de la Patria.
Hasta ahora, las agresiones del imperio norteamericano encabezan la lista de países imperiales que no toleran a las naciones decididas a ser libres y en 2015, el ex mandatario Barack Obama, firmó un decreto en la que colocaba a Venezuela como una amenaza, misma que extendió por un año y que en 2017 con más vehemencia Donald Trump, amplío junto a los políticos nacionales genuflexos y saqueadores.
La medida permanece hasta nuestros días, sin embargo el Presidente Nicolás Maduro, con el diálogo político y respetuoso que impulsa,ha establecido conversaciones con representantes del gobierno de la nación norteamericana.
Vale destacar que a estas embestidas se han unido los miembros de la Unión Europea y los países del extinto Grupo de Lima, entre ellos Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, quienes buscan arrebatar las riquezas país y pretender convertirlo “en su patio trasero”.
A pesar de ello, el Dignatario no ha desmayado ni se ha alejado de sus inquebrantables valores en favor de la paz y emulando a políticos reconocidos por su lucha en pro de la independencia.
Siempre leal a un pueblo y a un legado
La lealtad del presidente Nicolás Maduro al pueblo venezolano y al legado del Comandante Hugo Chávez pasa por su respeto a las políticas públicas que han nacido al calor de la Revolución Bolivariana.
“En el Palacio de Miraflores el Comandante Chávez dejó a un hijo leal a un pueblo, aquí ustedes tienen un Presidente leal con el cual ustedes pueden contar en todas las batallas para el futuro de la Patria”.
Con esas palabras, asumía la tarea el Presidente Obrero, quien ha continuado la visión socialista – Bolivariana, basada en el amor al pueblo y los derechos sociales.
La demostración de ese amor son precisamente las misiones socialistas, con un radio de acción muy amplio que ha permitido a hombres y mujeres aprender a leer y escribir, contar con un médico al lado de sus casas, acceso a la alimentación y a la vivienda.
Nueve años después, su Gobierno y el pueblo continúan leales al legado de trabajo, de amor y entrega del Comandante, el artífice de la inclusión de aquellos sectores históricamente excluidos, de los pobres, gracias a las sus políticas sociales que han hecho posible que millones de venezolanos tengan una mejor calidad de vida.
Prensa Presidencial / Karla Cotoret