Palacio de Miraflores, Caracas.- El ímpetu de lucha de Fabricio Ojeda nunca fue doblegado porque estaba convencido de que siempre habrá hombres y mujeres dispuestos a defender sus derechos, ser libres y vivir con dignidad.
Fabricio Ojeda conspiró, siendo un civil, contra la dictadura militar del general Marcos Pérez Jiménez. Hasta lograr su derrocamiento el 23 de enero de 1958. Como político, desde el Parlamento, intentó lograr los cambios estructurales necesarios en el país y evitar que se instaurara la democracia representativa que terminó defraudando a las mayorías. Al asumir que la vía pacífica era inútil, pasó a ser un comandante guerrillero que pese a morir asesinado, se convirtió en inspiración para continuar la lucha.
“Si muero, no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad, lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo”, escribió Fabricio Ojeda en la carta donde anunció la renuncia a su curul en la Cámara de Diputados del entonces Congreso de la República, el 30 de junio de 1962, para unirse a un frente guerrillero del occidente del país.
De indudable sensibilidad social, Fabricio Ojeda plasmó las condiciones de la mayoría de los habitantes del país al escribir:
“Venezuela, en fin, necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías”.
Un consumado conspirador fue Fabricio Ojeda, al punto que cubriendo como periodista la fuente gubernamental en el Palacio de Miraflores, logró articular la Junta Patriótica, organización clave para concretar el derrocamiento del régimen militar de Marcos Pérez Jiménez.
Nacido el 6 de febrero de 1929 en Boconó, estado Trujillo, Fabricio Ramón Ojeda conocía por experiencia propia las penurias de la mayoría del pueblo venezolano, lo que sin duda era el motor de su ímpetu revolucionario.
Ojeda era muy activo y tenía capacidad de convocatoria. El gobierno de Pérez Jiménez abrió un expediente militar en su contra, en el que se reseña que ya en 1948, con apenas 19 años, fue arrestado. Pero es en la llamada era democrática, durante los gobiernos de los adecos Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, cuando se multiplicaron las páginas del expediente.
Ojeda impulsó la unión cívico militar
Con la “democracia” del puntofijismo el expediente militar contra Fabricio Ojeda aumentó aceleradamente y llegó a acumular cinco tomos con 10 capítulos.
Un estratega nato y un fiel creyente de la importancia de la unión cívico militar para lograr cambios profundos en el país, Fabricio Ojeda, no solo organizó y presidió la Junta Patriótica, también lideró la creación de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y el Partido Revolucionario Venezolano (PRV).
“La magnitud y causas de los problemas nacionales requieren, sin duda, la conquista del Poder por una alianza de las clases populares, democráticas y progresistas con la fuerza suficiente en lo político y militar para hacer frente a las fuerzas de la reacción”, escribió, el mismo año de su muerte (1966) en el libro ‘La guerra del pueblo’.
Pasaron tres años y una traición para que el régimen de Raúl Leoni lo recapturara y asesinara, en tiempo récord, para luego informar que se había suicidado, ahorcándose.
Su pensamiento sigue vigente
El legado de Fabricio Ojeda, sigue vigente y más vivo que nunca en el pueblo de Venezuela.
El fundador y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, lo catalogaba como un gran líder que supo conducir el camino hacia lograr la recuperación de la democracia.
El 23 de enero, terminado la década de los años 50 del siglo XX ya el pacto de Punto Fijo se había cocinado y logrado frenar el ímpetu revolucionario de las masas, hasta que llegó Fabricio Ojeda, líder de aquella rebelión militar que despertó a los hombres y mujeres que tomaron el fusil y se fueron a las montañas a luchar contra la dictadura de Betancourt, de León y de Caldera. ¡Viva Fabricio Ojeda!”, expresó Chávez en el año 2010.
Po su parte, el jefe de Estado y de Gobierno venezolano, Nicolás Maduro Moros, resalta la entereza moral y la lucha rebelde de Ojeda.
“Fabricio Ojeda para la historia nuestra del siglo XX, sin lugar a dudas representa y encarna lo que se conoció para entonces, como el espíritu original del 23 de enero de 1958. El espíritu del 23 de enero, fue la más grande esperanza que tuvo una generación de que ahora si había llegado el día de retomar las banderas gloriosas de los libertadores, de que sí había llegado del día de conocer qué era la democracia, la libertad. De que había llegado el día de recuperar la riqueza petrolera y las riquezas del país. Y siempre cuando llega el 23 de enero y vemos ese sol sobre nuestra ciudad de Caracas recordamos la luminosidad del pensamiento, de la moral de ese gran mártir Fabricio Ojeda”, dijo el Presidente, durante la alocución del 23 de enero de 2017.
Hoy convocatoria a ser leales y fieles a la Patria, para continuar la lucha por nuestra soberanía y dignidad nacional siguen más vigentes que nunca.
Prensa Presidencial