Palacio de Miraflores, Caracas.- El Día del Antiimperialismo Bolivariano se declaró con el objetivo de recordar el 9 de marzo de 2015, como fecha en la que el ocupante de la Casa Blanca, Barack Obama, hizo pública la Orden Ejecutiva N° 13.692 que declara a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad norteamericana a causa de la “situación política” y la “erosión de las garantías de los derechos humanos”.
Con la renovación de este decreto en la era Trump y ahora con la administración del Presidente Joe Biden, se han contabilizado 502 medidas coercitivas unilaterales que afectan la vida de todo el pueblo venezolano y cercenan sus derechos humanos.
Obama renovó la resolución en 2016 y 2017, acción que desencadenó la imposición de sanciones a 32 funcionarios en un período de nueve meses, entre ellos el Presidente de la República Nicolás Maduro.
Por su parte, la administración de Donald Trump, prorrogó el documento en dos ocasiones más al acuñar la suposición que en Venezuela existe “persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, uso de la violencia y violaciones a los derechos humanos”.
La Casa Blanca, hoy dirigida por el Presidente Joe Biden, informó la renovación del decreto de Obama, arriba prenombrado como nueva agresión al pueblo de Venezuela.
Como consecuencia de estas acciones antidemocráticas, hasta el año 2021, más de 7 mil millones de dólares de Venezuela habían sido bloqueados desde el año 2014, en 40 bancos internacionales. La persecución económica contra Venezuela ocasionó pérdidas por el orden de los130.000 millones de dólares, así como el despojo de reservas de oro y la imposibilidad de adquirir alimentos, medicamentos e insumos para la industria nacional.
Asimismo a causa de la agresión sistemática contra la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Venezuela perdió 99% del volumen de ingresos en divisas, lo que representa la caída más abrupta de ingresos externos de la historia.
Venezuela víctima de agresiones imperiales
Paradójicamente, el gobierno norteamericano concibió estos últimos años un magnicidio contra el Jefe de Estado; avaló la usurpación de poderes personificada en la autoproclamación del diputado en desacato de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, así como la entrada forzosa e ilegal de supuesta “ayuda humanitaria” a través de la frontera colombo-venezolana, ataques contra el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y un golpe de Estado continuado.
Cada una de estas maniobras pretendían generar un clima de anarquía que facilitara la intervención militar y, en lo sucesivo, el despojo de las riquezas venezolanas.
Se trata de “la mayor agresión que jamás se ha cometido contra el pueblo noble de Venezuela”, ha dicho el presidente de la República, Nicolás Maduro, en varias ocasiones.
En ese orden, la relatora de Derechos Humanos de Organización de las Naciones Unidas, Alena Douhan, quien visitó el país con un carácter independiente e imparcial para estudiar el impacto negativo de las sanciones a Venezuela y cuyo informe final, se presentó en septiembre del 2021, ante el Consejo de Derechos Humanos (DD.HH.) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), expresó:
Douhan, enfatizó en su intervención que las sanciones sectoriales al petróleo, la industria del oro y la minería, el bloqueo económico y la congelación de los activos del Banco Central de Venezuela, así como las sanciones impuestas contra nacionales y empresas de terceros países “han exacerbado la situación económica y humanitaria, e impedido que los ingresos y el uso de los recursos permitan desarrollar las infraestructuras y llevar a cabo programas de apoyos sociales; han tenido un efecto devastador en toda la población de Venezuela”.
Entre tanto, durante su visita al país instó a abrir caminos para superar el bloqueo a través del diálogo y restaurar los proyectos sociales: “debo decirles que sí recomendaría las negociaciones entre el Gobierno venezolano y el Gobierno de los países que impusieron sanciones sobre Venezuela como un medio para resolver los conflictos y el levantamiento de las mismas”.
Van más de dos décadas de persecución imperialista. Con la llegada de Hugo Rafael Chávez Frías al poder político en Venezuela, Estados Unidos enfiló su artillería de guerra no convencional en función de desestabilizar el país y de esta forma fracturar el proyecto Bolivariano. No obstante, 23 años después Venezuela continúa en pie, construyendo un sistema social signado por los principios de equidad y justicia con Nicolás Maduro al mando.
Venezuela y su puebloreafirmahoy,en medio de las agresiones económicas y financieras de la que es víctima, el Día del Antiimperialismo Bolivariano,porque Venezuela no es una amenaza, es paz y esperanza.
Prensa Presidencial