Teatro Teresa Carreño, Caracas.- El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció el surgimiento del poderoso Movimiento Unitario del Magisterio venezolano que tiene como objetivo principal la defensa de los intereses de los maestros, la protección del niño venezolano y la mejora de la calidad de la educación.
Este movimiento ha sido conformado el día de hoy y estará regido por un equipo promotor fundacional, que debe estar replicado en cada estado, municipio y parroquia del país, bajo una estructura del 7×7, que inicialmente estará constituido por 49 maestros y maestras que serán la unidad institucional. En esta misma línea de acción, el jefe de Estado propuso que la coordinadora de este equipo 7×7 sea la profesora Belkis Valentina Bigott.
Retos estratégicos para el impulso el sistema educativo
En este contexto, el Dignatario venezolano informó que, para el fortalecimiento del plan educativo en el país, se proponen diez (10) retos estratégicos que apuntalarán a su afianzamiento en los próximos diez (10) años, y son los siguientes:
- Universalización y justicia territorial.
- Dignificación del Magisterio venezolano.
- Pedagogía liberadora y bolivariana.
- Inclusión y atención a la diversidad.
- Integración de inteligencia artificial y tecnologías.
- Infraestructura resiliente y gestión comunitaria.
- Participación comunitaria en gobernanza educativa.
- Educación ambiental y soberanía económica
- Ciudadanía digital crítica y segura.
- Internacionalismo educativo y cooperación antimperialista.
Al mismo tiempo, destacó que para el robustecimiento de la educación venezolana se debe implementar más métodos de formación, como los conucos escolares, semilleros científicos, espacios culturales, entre otros.
Por último, subrayó que este poderoso movimiento transformador de la educación venezolana forma parte de «una Gran Revolución Educativa y Cultural, por lo que los protagonistas de esta Gran Revolución, son la fuerza que nace de este Congreso Constituyente Pedagógico 2025».
Prensa Presidencial/ Irmary Díaz