Palacio de Miraflores, Caracas.- La afirmación “¡Estamos con ustedes!” que expresara más temprano en su cuenta de la red social Twitter, @NicolasMaduro, se materializaría al extender sus brazos a la población del sector El Béisbol, de Las Tejerías, donde llegaría pasadas las 3:30 de la tarde para dirigir personalmente las labores de rescate y atención a los afectados por las intensas lluvias registradas el fin de semana.
Llegó de manera imprevista. De la mano de su fiel compañera, la primera combatiente y diputada de la Asamblea Nacional (AN), Cilia Flores, se encontró de frente con una multitud de esperanzado pueblo que, entre gritos, relataba la trágica experiencia vivida a causa del desbordamiento de cinco quebradas, que afectó severamente 800 viviendas de la capital del municipio Santos Michelena.
A cada “¡Maduro!”, Nicolás se detenía. En su recorrido, al que se sumarían la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, y el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, estrechó algunas manos, llevó en sus brazos a niños de escasos meses de edad, se fundió en abrazos con familiares de las víctimas fatales. A ellos se dedicó, transmitiéndoles su respaldo y solidaridad absoluta en medio del dolor provocado por la irreparable pérdida de sus familiares.
“Nos llevamos ese dolor, nos llevamos el clamor, la desesperación, las lágrimas de la gente, pero la gente debe saber que Las Tejerías va a renacer como el Ave Fénix”, manifestó.
Siguió caminando, observando a su paso las huellas de las precipitaciones. Donde solían erigirse viviendas, ahora solo había escombros; árboles caídos, calles inundadas, terreno que cedía a causa del agua.
Además de un sentimiento de tristeza por la grave situación, también había profunda convicción: ¡Sí se puede salir adelante!, repetiría esa frase en la conversación que sostuvo con una mujer afectada por el daño estructural de su vivienda. Escuchó atentamente su experiencia, en el interior de un hogar con daños visibles por el incremento del nivel del agua y el barro.
Con megáfono en mano, desde el balcón de una vivienda del sector El Béisbol, dirigió un mensaje a su pueblo: “Mis condolencias a todos los que perdieron familiares y elevo mi oración al cielo para que Dios le de descanso eterno. Que Dios los bendiga”.
A sus palabras, la respuesta unánime sería: “¡Amén!”. Su vista siempre se enfocó en su pueblo, como si tratara de grabar en su memoria cada expresión, cada gesto de sus rostros.
Continuó dejando patente una promesa: “Tengan las seguridad que vamos a recuperar hasta el último comercio, hasta la última casa. Aquel que haya perdido su casa, vamos a construir una casa nueva para cada quien”.
De fondo permanecía latente: “¡Maduro!”, “¡Presidente!” y “¡Te queremos!”, palabras que se mezclarían con un “¡Gracias, Presidente! No nos abandonó”, pronunciado a viva voz por tres mujeres que ofrecían sus manos en señal de reconocimiento.
Emprendió nuevamente la marcha para toparse con jóvenes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que prestan servicio voluntario en las operaciones de búsqueda, atención de salud y remoción de escombros en el lugar de las afectaciones.
“¡Pa’ lante!”, reiteró Nicolás, no sin antes aseverar que, a pesar de las adversidades, “Tejerías renacerá”.
Prensa Presidencial / Karelis González