Palacio de Miraflores, Caracas.-Venezuela se ha caracterizado por ser una nación aguerrida e insurgente. Eso se remonta a la llegada de los españoles, cuyo propósito era arrebatarnos las riquezas, las tierras, la libertad y lo más importante, la identidad.
Sin embargo, los pueblos indígenas se mantuvieron en resistencia. En el siglo XVIII estalló la Guerra de Independencia, cuyo objetivo se centró en erradicar el yugo de la corona española y garantizarle a la población su libertad. No obstante, dichas garantías sociales no se cumplieron.
Bolívar fue calumniado, la Gran Colombia disuelta, y fue así como la oligarquía volvió a tomar el poder. En este contexto Ezequiel Zamora, quien llegaría a conocerse como el General del Pueblo Soberano, retoma la lucha de sus precursores para consolidar la suprema democracia. Este personaje toma protagonismo durante la Guerra Federal, uno de los conflictos más crudos de nuestra historia.
Búsqueda de justicia y libertad
La Guerra Federal se inició el 20 de febrero del año 1859 y tuvo lugar en los llanos venezolanos: Cojedes, Portuguesa, Barinas, Guárico y Apure.
El ejército zamorano estaba conformado principalmente por campesinos, negros libertos e indígenas endeudados que no tenían una preparación militar pero sí una meta específica: “Tierra y hombres libres”.
Entre las acciones bélicas más notables de este conflicto armado se encuentran Coplé, Buchivacoa y Santa Inés.
La Batalla de Santa Inés fue uno de los capítulos más decisivos de esta contienda, en donde se evidenció el liderazgo, la inteligencia y la valentía del General del Pueblo Soberano para dirigir tropas, organizar la metodología dentro del campo de batalla y capitalizar circunstancias adversas.
Fue un acontecimiento clave en nuestra historia, no sólo marcó un hito militar, sino que también sentó las bases para entender las luchas sociales que nos acompañan hoy.
Acorde al profesor e historiador Alí Rojas Olaya, quien presenta una profunda reflexión sobre la estrategia militar de nuestro prócer Ezequiel Zamora durante esta confrontación y su relación con los desafíos de la actualidad en el marco de la Revolución Bolivariana.
Su análisis invita a reconsiderar la relevancia de las tácticas históricas en la lucha por la justicia y la equidad social, que resuenan en nuestra realidad contemporánea.
“Cuando nosotros hablamos de la Batalla de Santa Inés, estamos hablando de Ezequiel Zamora. Para nosotros entender en su magna complejidad, esta batalla hay que colocarse en la Venezuela de aquella época, estamos hablando de 1859, estamos hablando de la cuarta república, estamos hablando de una república que nace en 1830, una vez muerto el Libertador Simón Bolívar, muerto físicamente”.
El profesor Rojas reflexionó sobre el desmembramiento de la utopía Bolivariana, señalando que «el sueño, la utopía Bolivariana fue partida en pedazos. La república de Colombia que nace el 17 de diciembre de 1819 a orillas del padre Orinoco en Angostura y que nace políticamente en la Batalla de Carabobo, el 17 de diciembre de 1830, a raíz de la muerte del Libertador, es despedazada.
Un pedazo pasó a ser Venezuela, un pedazo pasó a ser la nueva Granada incluyendo Panamá, otro pedazo pasó a ser Ecuador».
Según Rojas Olaya, la visión integradora de Simón Bolívar se fragmentó tras su partida física, lo que ocasionó la división de la Gran Colombia en varias naciones independientes.
Rojas se refirió al impacto de la Batalla de Santa Inés y el liderazgo de Ezequiel Zamora en el contexto de la lucha por la unidad y los ideales bolivarianos.
«Esto es triste porque esto es el sueño de Bolívar que es truncado. No se consolidó la unión, no cesaron los partidos, por lo tanto el Libertador no se rindió. Esta es la Venezuela que ve nacer a un Ezequiel Zamora, a un político».
El 8 de diciembre de 1859, Zamora estudió el terreno cercano a Santa Inés con la ayuda de un ingeniero, preparándose para una batalla que sería fundamental en su lucha por los intereses del pueblo.
El historiador señaló que la Batalla de Santa Inés es significativa porque muestra cómo «un líder como Ezequiel Zamora defiende los intereses del pueblo, la mayoría históricamente excluida, logra a nivel de táctica y de estrategia derrotar a un enemigo que tiene todas las de ganar, porque está mejor formado, tiene sus tres comidas».
El catedrático explicó que la habilidad militar de Zamora y su símbolo de la unión cívico-militar, representada en su vestimenta, resuenan como elementos claves en su capacidad de liderazgo y en la defensa de los ideales revolucionarios, tal como lo menciona el comandante Chávez en el libro azul.
Un nuevo capítulo en la lucha por la soberanía venezolana
En un fervoroso discurso, se ha trazado un paralelismo histórico entre la emblemática Batalla de Santa Inés y la actual contienda política de Venezuela, enfatizando la trascendencia del 28 de julio de 2024.
Este día, calificado como una batalla contra un adversario formidable que incluye a las élites de los grandes medios de comunicación y la alta finanza se presenta como un hito crucial en la lucha por la soberanía nacional.
«Nos enfrentamos a un enemigo superior», se reafirma, aludiendo a un escenario en el que el pueblo venezolano ha sido asediado con más de 900 medidas colectivas unilaterales que han impactado su vida cotidiana.
En sus palabras, “el 10 de enero es un evento crucial”, destaca el historiador y académico Rafael Olaya.
Este día representa no sólo la culminación de un proceso electoral, sino también una etapa esencial para consolidar los logros alcanzados y reafirmar la paz y la soberanía de Venezuela.
Estrategia Bolivariana
Olaya detalló que se encuentra en curso un ataque sistemático, una guerra cognitiva contra el Gobierno Bolivariano, muestra de ello es la auto-proclamación de un candidato respaldado por Washington, quien anticipa su juramentación.
Ante este contexto, el Presidente Nicolás Maduro ha manifestado que cuenta con un plan bien estructurado y decidido para contrarrestar estos intentos de desestabilización.
Esta estrategia evoca la histórica valentía de Ezequiel Zamora y la fuerza de las libertadoras y libertadores de nuestra América del Sur y tiene como meta garantizar que en la ceremonia de posesión del 10 de enero de 2025, “triunfen la paz, la soberanía, la República Bolivariana y su pueblo”.
Con un sentido de optimismo y determinación, el catedrático manifestó su confianza en que la extrema derecha, ya derrotada históricamente como en Santa Inés, se enfrentará una vez más a su caída.
Desde la llegada de la Revolución Bolivariana, se evidenció el inquebrantable apoyo del pueblo al Gobierno Bolivariano, quien se mantiene firme en la defensa de la felicidad social.
Además, la fusión perfecta cívico-militar-policial garantiza la protección de estos valores fundamentales, y reafirma el compromiso colectivo hacia la estabilidad del país.
Tal como ha señalado el Mandatario, esta fusión representa una fortaleza ante las amenazas externas y un compromiso con el diálogo y la paz en el ámbito nacional.
“El presidente Nicolás Maduro tomará posesión de su nuevo período presidencial ante aquellos que se atreven a desafiar la legitimidad de nuestro mandato”, aseguró el académico.
En un contexto político, su declaración pone de manifiesto la preocupación por lo que él describe como una agresión.
Herencia patriótica
En Venezuela, se presenta un intento de campo de batalla que ha sido incitado por la extrema derecha desde el exterior, que busca socavar la soberanía y el orden constitucional del país.
Sin embargo, la intención para desestabilizar ha sido vencida y derrotada una y otra vez por la unidad del Gobierno, liderado por el jefe de Estado Nicolás Maduro Moros, y el firme respaldo del pueblo venezolano, junto con las fuerzas militares y policiales.
La resistencia colectiva ha logrado mantener la paz y la estabilidad, y demuestra que, ante las agresiones externas, la voluntad de una Nación unida puede prevalecer sobre cualquier intento de injerencia política.
La lucha por la independencia se destaca no sólo como un desafío, sino como un triunfo de la identidad nacional y la determinación popular en defensa de su Patria.
El intelectual afirmó que el 10 de enero de 2025 se presenta, por tanto, como una fecha decisiva en la que se anticipa que el Presidente reafirmará su legitimidad como jefe de Estado, guiado por un país y una ruta hacia un futuro en el que, tal como él mismo afirma, “la Godarria que fue derrotada en Santa Inés será derrotada una vez más”.
Mientras tanto, la historia de Venezuela se reescribe una vez más, recordándonos que la resistencia y la determinación del Pueblo son pilares inquebrantables en la búsqueda de estabilidad, unidad y soberanía.
Con la bandera en alto y la espada lista para la defensa, Venezuela y su Poder Popular mantienen viva la herencia de los libertadores, quienes soñaron con una Patria libre y digna.
Este momento no sólo simboliza un nuevo capítulo en la historia venezolana, sino también un potente recordatorio de que la lucha por la justicia y la paz representa un compromiso eterno.
Cada paso hacia adelante reafirma la convicción de los venezolanos de que, unidos, pueden superar cualquier adversidad y forjar un futuro brillante para las futuras generaciones.
Prensa Presidencial / Luis Tavera