• Dom. Mar 9th, 2025

Venezuela no es una amenaza, es paz y esperanza

porPrensa Presidencial

Mar 9, 2025

Palacio de Miraflores, Caracas.- El amanecer despunta sobre Caracas mientras la bandera tricolor ondea con vigor en edificios gubernamentales, residencias, bloques populares, en las comunas porque no es un día cualquiera en el calendario venezolano: hoy el pueblo bolivariano conmemora el Día del Antiimperialismo Bolivariano, una fecha que se ha convertido en símbolo de resistencia nacional frente a las injerencias extranjeras e intentos de desestabilización en la Patria de Simón Bolívar.

Fue el 9 de marzo de 2015 cuando el entonces presidente estadounidense Barack Obama firmó la Orden Ejecutiva N° 13.692, calificando a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad norteamericana, desatando una tormenta diplomática que sigue en curso casi una década después.

En respuesta el presidente venezolano Nicolás Maduro, decretó que a partir del año 2016 se conmemoraria el Día del Antiimperialismo Bolivariano, y describió estas sanciones como “la mayor agresión que jamás se ha cometido contra el pueblo noble de Venezuela”. Un sentimiento que resonó con fuerza en cada comunidad y en toda la familia venezolana, donde las dificultades para adquirir medicamentos e insumos básicos se atribuyen directamente estas medidas.

Sanciones y resistencia

La historia venezolana está llena de batallas por la libertad, desde Bolívar hasta Chávez, y esta es una más pero con la particularidad de que era sin cañones ni fusiles, una guerra enfocada en la economía y la producción nacional, una guerra no convencional que la nación ha enfrentado con dignidad, valentía, trabajo y con producción. Se ha convertido en una lucha contra medidas impuestas de forma arbitraria, cuyo objetivo es cambiar la política interna y externa del país y este ceda ante las expectativas imperiales del hegemón.

Las consecuencias de aquella declaración de Obama fue materializándose en el tiempo y lo que comenzó con la excusa de que las sanciones eran hacia personas específicas e individuales, se transformó progresivamente en un entramado de medidas coercitivas, unilaterales que hizo perder a la nación venezolana, en palabras del presidente Maduro, “el 99% de los ingresos debido a la guerra económica que desabasteció el mercado interno al 80%”, apuntó.

La relatora especial de Naciones Unidas, Alena Douhan, confirmó este impacto en su informe de 2021, señalando que las sanciones “han exacerbado la situación económica y humanitaria, e impedido que los ingresos y el uso de los recursos permitan desarrollar las infraestructuras y llevar a cabo programas de apoyos sociales; han tenido un efecto devastador en toda la población de Venezuela”.

Del decreto de Obama a la era Trump: Continúa la agresión

A pesar del cambio de administración en Washington, la política hacia Venezuela ha mantenido su esencia. Tras Obama, Donald Trump renovó y endureció las sanciones, Joe Biden continúo por la misma senda, renovando el decreto que califica a Venezuela como amenaza.

Durante estos periodos administrativos en la gobernanza de los Estados Unidos, el tiempo pareciera detenerse en materia de política y relaciones con el país norteamericano, solo se han cambiado las caras, pero las intenciones siguen siendo hegemónicas.

Los recientes acontecimientos evidencian que aún permanece una política de agresión por quienes pretenden imponerse, ahora con en el segundo mandato de Donald Trump.

El pasado 7 de marzo los diputados y diputadas a la Asamblea Nacional venezolana respondieron a nuevas sanciones norteamericanas, ahora, contra la petrolera Chevron, aprobando una resolución que insta al fiscal general Tarek William Saab a aplicar la Ley Libertador Simón Bolívar a quienes promuevan sanciones contra el país.

El presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, afirmó durante la sesión que mediante esta decisión, el imperialismo norteamericano “se dio un tiro en el pie”, y aseguró que los fondos que no podrán pagarse a Chevron por la revocación de su licencia “pasarían a la industria petrolera nacional para asegurar una mayor producción de crudo”.

Legado de Chávez: La llama antiimperialista que no se extingue

En esta novena conmemoración, el pensamiento antiimperialista del comandante Hugo Chávez se mantiene como faro ideológico. Su discurso de defensa de la soberanía nacional continúa resonando en las nuevas generaciones de venezolanos, quienes han decidido ser determinantemente libres.

La vigencia del antiimperialismo en Venezuela no se limita a una postura defensiva. El Gobierno bolivariano ha impulsado alternativas económicas como el desarrollo de acuerdos comerciales con naciones como Rusia, China, Turquía e Irán, y el fortalecimiento de alianzas regionales que buscan construir un orden mundial multipolar.

Desafíos y perspectivas: Reconstrucción en medio de la tormenta

El impacto de las sanciones se evidencia en indicadores económicos y sociales que obligaron a venezolanos a emigrar en busca de mejores oportunidades.

Sin embargo, el Gobierno venezolano ha logrado su recuperación económica paulatinamente, destacando logros como el control de la hiperinflación y la estabilización parcial de algunos sectores productivos.

El imperialismo apostó a la rendición de un pueblo que cada día se levanta y avanza.

El Día del Antiimperialismo Bolivariano se ha convertido en parte del ideal de resistencia política del pueblo venezolano, una fecha que consolida la unión ante aquellos ataques que pretenden desestabilizar el país.

Ante cualquier circunstancia Venezuela no se rinde, al contrario, se reivindica en la esperanza de avanzar en la construcción de un mundo con igualdad.

A pesar de los más de 1.000 intentos de asfixia económica, el bloqueo de activos en el exterior y las amenazas de intervención, Venezuela se mantiene de pie librando una batalla que trasciende sus fronteras, una lucha por la dignidad de todos los pueblos del Sur Global. Venezuela no es una amenaza, es paz y esperanza.

Prensa Presidencial / Eduardo Hueck