La Guaira.- En un momento especialmente simbólico, el presidente entregó a la Armada Bolivariana un cuadro de San José Gregorio Hernández, recientemente canonizado por el Papa Francisco.
«Este santo no sólo cura el cuerpo, sino también el alma. Es un soldado de Dios y de la Patria, y a partir de hoy estará presente en todos los mares del mundo, protegiendo a nuestros marinos y recordándonos que el amor por la patria es nuestra mayor fuerza», afirmó el presidente Maduro.
El jefe de Estado agradeció al pontífice por la canonización de Hernández, a quien describió como un ejemplo de humildad y servicio al pueblo. «Le envié un cuadro similar al Papa Francisco, y desde que lo recibió, su salud mejoró. Es una señal de que la fe mueve montañas”, añadió.
“No al odio, sí al amor por la Patria”
El Presidente concluyó su discurso con un llamado a la unidad y la resistencia. «No permitamos que el odio nos divida. Llenemos nuestras mentes y corazones de amor por la Patria. Reivindiquemos nuestra nacionalidad y demostremos al mundo que, juntos, venceremos», afirmó, cerrando con el grito de combate que ha marcado su gestión: «¡Venceremos!».
Significado político y militar
El evento también reforzó los valores patrios y militares, y sirvió para recordar que la lucha de Venezuela es parte de una batalla continental por la soberanía y la dignidad. Con una línea clara que combina historia, espiritualidad y resistencia, el presidente Maduro dejó claro que la revolución bolivariana sigue viva, inspirada en sus raíces y proyectada hacia el futuro.
Prensa Presidencial/ Luis Tavera