Palacio de Miraflores, Caracas.- La noche del 21 de febrero de 1934, fue consumada la traición a los ideales de libertad, nacionalismo, antimperialismo e independencia, tras la captura y posterior asesinato del líder de la resistencia nicaragüense Augusto César Sandino, por instrucciones del hegemonnorteamericano que se apuntó para acabar con la vida del hombre que quedó en la historia como pilar de la soberanía del país centroamericano.
Sandino, conocido también General de hombres y mujeres libres,era un férreo defensor de la soberanía, no sólo de Nicaragua, sino también de la América Latina, pues lideró la resistencia contra el ejército de ocupación estadounidense y enaltecía los ideales integracionistas del Libertador Simón Bolívar.
Como sindicalista y curtido en la lucha de la clase obrera, se mantuvo en la batalla política antiimperialista, con alzamientos insurreccionales ante las fuerzas dominantes militares que para entonces existieron en su país, se enfrentó a ellos y con apenas 30 hombres lideró el combate contra invasores estadounidenses en los años 30, hasta derrotarlos y lograr la paz de la tierra que lo vio nacer.
El enemigo histórico no le perdonó esas victorias emancipadoras, y ordenan su captura la cual se produjo mientras descendía de la Loma de Tiscapa, tras haber participado en una cena, donde se le informó que debía dirigirse rumbo al Palacio Nacional para una reunión.
Tras su llegada al recinto fue ultimado por por instrucciones del jefe de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza, quien ordenó fuera trasladado al monte La Calavera, en el Campo de la Reinada. Esa noche se tiñó de sangre, pues allí fue acribillado por el batallón que lo custodiaba.
Este asesinato fue fraguado por el embajador estadounidense, Arthur Brisbane, quienquería borrar la resistencia antiimperialista, en el continente americano, que tenía protagonismo en Nicaragua y alentaba a los pueblos salir del opresor.
El imperialismo subestimó el valor y la astucia del héroe nicaragüense, que se hizo pueblo, y su ideal sobrepasó las fronteras.
“Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”, dijo Augusto César Sandino, y hoy ese legado es la ruta de la independencia definitiva de su pueblo. ¡Sandino vive!
Prensa Presidencial / Eduardo Hueck