Teatro Teresa Carreño, Caracas.- El carácter ilegal del Laudo Arbitral, dictado el 3 de octubre de 1899, queda patente en el Memorándum de Severo Mallet-Prevost que evidencia las arbitrariedades del proceso que determinó los límites del despojo territorial contra Venezuela.
Mallet-Prevost, socio de un renombrado bufete neoyorkino, ejerció como abogado de la parte venezolana durante el Laudo Arbitral. No obstante, su designación corrió por cuenta del gobierno de Estados Unidos, dado que Reino Unido se negó a admitir una parte venezolana.
La delegación presente en el Tribunal Arbitral de París estaba conformada por cinco árbitros: dos británicos, nombrados por la Corona; dos designados por el gobierno de Estados Unidos que, supuestamente, representaban a Venezuela; y un juez ruso, miembro de la corte británica, quienes -de manera unánime- refrendaron un Laudo viciado y considerado nulo e írrito por Venezuela.
De esta manera, a Venezuela le fue arrebato unos 97 mil kilómetros y 90% del territorio que estaba siendo reclamado, precisa la investigación El documento que denuncia los vicios y nulidad del Laudo Arbitral de París, elaborada por el equipo de Misión Verdad.
Estas irregularidades, precisamente, serían expuestas por Severo Mallet-Prevost a través de un Memorándum, redactado por su colega Otto Shoenrich y publicado –después de su muerto, de acuerdo a su voluntad- en la revista jurídica American Journal of International Law en 1949.
“¿Quién iba a pensar que uno de los testigos principales del despojo, del fraude del Laudo, el abogado designado por Estados Unidos, Mallet-Prevost, iba a escribir un Memorándum como expresión de su testimonio de lo que había sido el proceso irregular de robo a Venezuela, de saqueo a Venezuela, del ilegalidad del Laudo?”, señaló el jefe de Estado y de Gobierno, Nicolás Maduro, al explicar detalladamente la tercera etapa del devenir histórico de la controversia sobre el territorio de la Guayana Esequiba, denominado Diplomacia imperial de las cañoneras, denuncia del fraude y el Acuerdo de Ginebra.
Durante su intervención en el Acto de Unión Nacional en Defensa de la Guayana Esequiba, que se realiza en el Teatro Teresa Carreño, ubicado en Caracas, subrayó que la denuncia de Mallet-Prevost demostró la desigualdad del Laudo Arbitral, establecido “entre una potencia súper poderosa que amenaza con sus cañones y sus tropas; y una nación pequeña, débil, sin ejército como era Venezuela entonces”.
“En 1899, Venezuela y el mundo conocimos el Memorándum del doctor Mallet-Prevost, donde quedó desnudo y develado por un testigo de primer nivel todas las trampas, toda la ilegalidad, todo el fraude que se cometió contra Venezuela”, sentenció.
Debido a su contenido, el Memorándum de Mallet-Prevost ha servido a la diplomacia venezolana como una de las causales a favor de su demanda. Incluso, posterior a su publicación, el documento dio pie a la revisión oficial del Laudo de París.
¿Qué siguió al Laudo Arbitral?
En los años siguientes al írrito Laudo Arbitral, Venezuela sería testigo de la llegada de compañías extranjeras, principalmente: británicas, estadounidenses, francesas y alemanas, que fungirían como financistas de movimientos golpistas e insurreccionales contra el mandato del entonces presidente Cipriano Castro (1899-1908).
Se inscribe en esta época, el bloqueo de los puertos venezolanos con “un objetivo claro de acorralar a nuestro país, de tomar a nuestro país, de destruir a nuestro país”. Al respecto, el presidente Nicolás Maduro recordó que, en 1905, la administración de Theodore Roosevelt ordenó preparar una invasión militar para tomar los principales puertos de Venezuela, así como la capital.
“En medio de la diplomacia de las cañoneras, documentos secretos descubiertos por la investigación de Samuel Moncada, han puesto en nuestras manos los planes de invasión que se tenían por La Guaira para llegar a Caracas y tomar la capital, planes elaborados por el cónsul de Estados Unidos en Venezuela que había sido expulsado por el presidente Cipriano Castro”, agregó.
Una vez derrocado Cipriano Castro, el entreguismo sería la característica en Venezuela: la llegada al poder de Juan Vicente Gómez significó la cesión de los intereses de Venezuela, particularmente su territorio y riquezas petroleras.
Presidencial / Karelis González