Palacio de Miraflores, Caracas.- Cada 19 julio es una fecha histórica y de dignidad patriota para el pueblo de Nicaragua, que conmemora la gesta sandinista que derrocó a Anastasio Somoza Debayle en 1979.Este movimiento, liderado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), puso fin a la dictadura de la familia Somoza, conduciendo al país hacia un gobierno progresista de izquierda.
La Revolución Sandinista fue producto de una larga lucha que se inspiró en las enseñanzas del líder revolucionario Augusto César Sandino y que contó con hombres de pensamiento antiimperialista como Daniel Ortega, quien hoy dirige la nación centroamericana y que debió sortear una sociedad compleja signada por el entreguismo a la Casa Blanca que se expresaba a través de la expansión militar norteamericana.Otros hombres valientes como Carlos Fonseca, expresa uno de los legados más valiosos que se hayan entregado por la liberación de Nicaragua de la dictadura somocista.
Esta larga lucha de resistencia se produjo en Nicaragua desde julio de 1979 hasta febrero de 1990. La batalla del pueblo contra la dictadura de los Somoza, tuvo sus inicios a finales de 1950 y se intensificó significativamente en 1978 a raíz del asesinato del director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro.
Es por ello que, para marzo de 1979, los representantes de las tres fracciones sandinistas firman un acuerdo de unidad y se decide impulsar la lucha por la justicia social y política de Nicaragua.El 20 de julio de ese mismo año y bajo el llamamiento a la “Ofensiva Final”, se da inicio a la huelga general donde las filas guerrilleras del FSLN entran en Managua, con un amplio respaldo popular, permitiendo así la derrota de Anastasio Somoza Debayle.
La sistemática violación de los derechos humanos, acelera la insurrección que da paso a aquel 19 de julio, cuando la Revolución Popular Sandinista, logra derrocar la dictadura de la dinastía Somoza, que había gobernado durante décadas bajo las órdenes de la Casa Blanca, entre las cuales destaca darle muerte a Augusto César Sandino en una emboscada en 1934.
Es así como un nuevo gobierno, liderado por el FSLN con presencia socialdemócrata, socialista, marxista-leninista y con una gran influencia de la teología de la liberación, impulsa reformas en los aspectos socioeconómicos, políticos, educación, salud y la repartición justa de la tierra, logrando de esta manera avances significativos reconocidos internacionalmente.
Este gobierno que se fortaleció entre 1979 y 1990, establece una visión social que permitirá alfabetizar a la nación centroamericana de manera masiva, así mismo se inician tareas sociales para mejorar los servicios públicos, reformas agrarias, sanidad y la igualdad de género a fin de complementar la gestión.
A partir de ese entonces, Managua experimenta la instauración de una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, integrada por cinco miembros: el coordinador de la Junta y, a su vez, presidente del FSLN, Daniel Ortega Saavedra, acompañado por Sergio Ramírez y Moisés Hassan, ambos también sandinistas; el empresario Alfonso Robelo Callejas y Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro (que sería la sucesora de Ortega al final del proceso revolucionario en 1990) como independientes.De igual manera, se estableció un Consejo de Estado que contaba con representación de varios grupos sociales (políticos, sindicalistas, mujeres, entre otros) y se dispuso que funcionara como una legislatura hasta la convocatoria y celebración de elecciones presidenciales.La Dirección Nacional del FSLN, quedó establecida por nueve comandantes del FSLN, a saber: Tomás Borge, Daniel Ortega, Víctor Tirado, Humberto Ortega, Henry Ruiz, Jaime Wheelock, Bayardo Arce, Luis Carrión y Carlos Núñez.
Bloqueo imperialista
El gobierno progresista establecido emprendió políticas inclusivas y para 1981 el gobierno de Ronald Reagan (ex presidente de Estados Unidos), impuso un bloqueo económico e inició el financiamiento a grupos armados antisandinistas conocidos como “La Contra”.
Ante estas medidas establecidas ilegalmente, Nicaragua buscó el apoyo de la Unión Soviética y de Cuba, por lo que en 1982 firma con la Unión Soviética (URSS) un pacto de cooperación económica.Para 1984, el FSLN se convierte en partido político y participa en elecciones libres con Daniel Ortega Saavedra al frente, obteniendo la victoria con el 67% de los votos.
La Revolución Sandinista debe verse como la verdadera independencia de Nicaragua, con el ejemplo de Augusto César Sandino y su pensamiento Bolivariano.Actualmente, el Gobierno de esa nación a cargo del revolucionario, Daniel Ortega Saavedra, ha diseñado una estrategia de desarrollo basada en programas sociales, tales como: Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar, Bono Productivo y Casas para el Pueblo, que en su conjunto se dirigen a la disminución y erradicación del drama de la pobreza.A lo largo de la historia, el pueblo nicaragüense ha reconocido en su líder Daniel Ortega, el esfuerzo para alcanzar el bienestar común y la justicia social.
Por su parte, el FSLN ha sido uno de los muchos movimientos guerrilleros inspirados por la Revolución Cubana que surgieron en el continente durante esa época.
En la actualidad, el presidente Daniel Ortega y su pueblo siguen firmes, defendiéndose con mayor dignidad de los ataques del imperialismo, prevaleciendo la dignidad de las mayorías que transita sus caminos de libertad con la Revolución Sandinista y se declara antiimperialista.
En esencia, Nicaragua sigue hoy de pie; la misma Nicaragua sandinista que es absolutamente leal a la memoria imperecedera de sus heroínas, héroes y de sus mártires y, en especial, al pensamiento antiimperialista de Augusto César Sandino.
Prensa Presidencial / Joelin Jiménez