Palacio de Miraflores, Caracas.- El 14 de abril de 2013 el pueblo venezolano eligió como su presidente a Nicolás Maduro. Cinco días después, el llamado por el pueblo como «hijo de Chávez» se juramentó ante el Parlamento e inició un gobierno orientado a profundizar los logros sociales para los sectores más necesitados.
Presidente encargado
El 8 de marzo del 2013, a pocos días de la desaparición física del Comandante Hugo Chávez, es nombrado, Nicolás Maduro oficialmente como Presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, en cumplimiento al artículo 233 de la Constitución Nacional, que establece:“Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: la muerte, su renuncia, la destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, la incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado éste por la Asamblea Nacional, así como la revocatoria popular de su mandato”.
Durante su discurso, Maduro anunció su primera acción de Gobierno: Pedir al Consejo Nacional Electoral (CNE) que convocara a elecciones presidenciales inmediatamente, de acuerdo a lo establecido en el citado artículo de la Carta Magna.
“Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes”, señala la máxima legislación venezolana.
La juramentación estuvo a cargo del presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello. Maduro, señaló que cumpliría con la Constitución de la mano del pueblo libre.“Juro a nombre de la memoria histórica de Simón Bolívar, de Ezequiel Zamora y de su ejército desarmado, juro a nombre de nuestros niños, de los soldados de la Patria, de los obreros, de los campesinos, juro a nombre de la lealtad más absoluta al comandante Hugo Chávez que cumpliremos y haremos cumplir esta Constitución Bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre, ¡Lo juro!”, dijo Maduro ante el Parlamento.
Triunfo revolucionario
Un poco antes de la medianoche del lunes 15 de abril de 2013, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, anunció que tras una jornada comicial de masiva participación, el pueblo venezolano había escogido como presidente para el período 2013-2019 al candidato socialista Nicolás Maduro.
El abanderado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) logró la victoria con 7.505.338 de los votos escrutados, lo que representaba, para ese momento, el 50.66 por ciento del total del padrón electoral.“Hoy podemos decir que tenemos un triunfo electoral justo, legal, constitucional, popular (…) Mañana lunes 15 (de abril) la vida y el trabajo continúan y ahora con más ahínco y amor por el gigante (Hugo Chávez) la construcción del Plan de la Patria entra en una nueva fase de aceleración y desarrollo”, dijo Maduro tras el triunfo.
Gobernando pese a todo
Tomando en cuenta lo que pasó más adelante, el triunfo electoral fue probablemente una de las cosas más sencillas para Maduro; quien después de haber asumido el máximo cargo del ejecutivo nacional ha tenido que enfrentarse casi a diario con innumerables ataques de la ultraderecha, no solo en su contra sino en contra del proceso socialista.
Tras la partida física de Chávez la ultraderecha se sintió fortalecida y confiaba que con Henrique Capriles (candidato de la derecha) volvería al poder, pero no tomó en cuenta la convicción revolucionaria del pueblo venezolano. Sin embargo, tras una intensa e inédita campaña que solo llevó a otra derrota de la oposición, la frustración se exacerbó y se planificaron diversas vías antidemocráticas para derrocar al Gobierno legítimo.
El Presidente ha denunciado en varias oportunidades que la burguesía opositora venezolana está aliada con la ultraderecha internacional e incluso con terroristas residenciados en Estados Unidos (EE.UU.).
Ningún vocero gubernamental niega lo duras que pueden ser las consecuencias de cada intento golpista, pero tampoco se rinden en su lucha.
Desde 2013 hasta hoy la Revolución ha continuado sus avances en el incremento de la inversión social, la reducción de la pobreza extrema, la lucha contra la desigualdad, el fortalecimiento de la democracia, ampliación de la matrícula escolar, aumento del acceso a la tecnología y la inclusión en todos los ámbitos.
A todo esto se suma el irrefutable apoyo internacional a la Revolución Bolivariana, manifestada tanto en organismos de integración como la Organización de las Naciones Unidad (ONU), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el G77+ China, Petrocaribe y la Comunidad del Caribe (Caricom); además de otros gobiernos del mundo y, lo más importante el apoyo del pueblo venezolano que sigue fiel al legado de Chávez y en defensa del socialismo.
Prensa Presidencial / Karla Cotoret