Palacio de Miraflores, Caracas.- 27 de febrero de 1989, fecha conmemorativa en la que se fundó la base revolucionaria que hizo comprender a los venezolanos que era necesario un cambio trascendental para encaminar el destino de Venezuela hacia un mejor futuro.
Un día como hoy, en Venezuela se registró el hito histórico que dividió en un antes y un después la historia contemporánea nacional.
El detonante de la rebelión popular se centró en la imposición de medidas ordenadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las directrices emanadas del Consenso de Washington aplicadas en Venezuela por el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
El Caracazo inició en Guarenas y se extendió hasta Caracas con una oleada de protestas que después se extendieron por toda Venezuela, donde un pueblo valiente bajó de las zonas populares con el firme propósito de luchar contra un gobierno opresor.
Luego este estallido se propagó de forma inmediata hacia zonas del área metropolitana de Caracas como Caricuao, El Valle, Nuevo Circo, La Hoyada, Catia y Petare y en los estados de La Guaira, Aragua, Carabobo, Lara, Mérida, Anzoátegui y Bolívar, entre otros territorios del país.
Además, el origen del Caracazo se puede ubicar en la política neoliberal imperante en la década de los años 70 y 80, en la corrupción estructural presente en la Cuarta República y el empobrecimiento gradual de la población presente en la escasez y aumentos desproporcionados de los alimentos y los servicios públicos.
De acuerdo con este momento histórico que gestó un cambio trascendental en la historia de Venezuela, la socióloga e historiadora, Ingrid Carmona, describió los factores llevaron a la explosión social del 27 de febrero de 1989.
– Carmona explicó que «en ese entonces, en Venezuela existió mucha desigualdad, desde el punto de vista económico, político y social, por lo que expresó en lo personal, que «nosotros atravesamos un proceso que en lo económico era bipartidista, y no existían propuestas innovadoras que permitieran la participación para lograr tener una solución a las problemáticas de ese momento.
Por otra parte, señaló que Venezuela se ha caracterizado por ser un país de participación política, pero que los políticos que estuvieron antes de la llegada del comandante Hugo Chávez, sólo respondían a otros intereses que no eran los del pueblo venezolano.
Además, la historiadora relató que el pueblo se vio engañado cuando en el año 1989 se decretó el llamado «paquetazo», que «fue como una receta de solicitudes que hacía el FMI para que económicamente se cumplieran y responder a lo impuesto por este fondo internacional para los préstamos a lo interno del país y esto, generó exclusión social, pobreza extrema y la no compresión a la realidad del pueblo venezolano».
Sobre la importancia histórica del Caracazo en la política venezolana, Ingrid Carmona indicó:
– El Caracazo significó un antes y un después de la política venezolana, incluso, podríamos pensar que fue el principio del final de la democracia representativa, aquella que estaba marcada por un grupo de hombres que eran elegidos para llevar las riendas del país, pero, solo por sus propios intereses y eran esas que no reflejaban las del pueblo venezolano. El Caracazo dejó en evidencia esa necesidad de transformar y cambiar un sistema que no respondía al pueblo.
La socióloga e historiadora también detalló en relación a cómo vivió ese 27 F, desde que inició esa explosión social.
– El 27 de febrero de 1989, yo tenía 15 años, era estudiante de bachillerato en la parroquia Sucre, en la «Unidad Educativa Miguel Antonio Caro», en ese momento se respiraba un ambiente muy tenso y difícil, que generaba incertidumbre, esa que te llevaba como el miedo de saber que algo estaba sucediendo. Yo estaba con toda la familia en casa y escuchábamos que habían personas fallecidas, que no había transporte, también se escuchaban disparos a lo lejos. Rememorando, mi papá llegó ese día en la noche del trabajo y nos comentó que se estaban generando saqueos.
Carmona, con sentimiento de nostalgia, expresó que en el 89 fue la primera vez que escuchó lo de los saqueos, y que nunca olvidará a un señor que se paró en la puerta y le pedía esconderse en su casa. «El silencio en las noches era ensordecedor, pero a su vez, en ese momento se escuchaban disparos. Recordando esta fecha, puedo decir que fue un momento muy difícil».
La experta en estudios de las relaciones sociales, declaró ¿de qué manera influyó el Caracazo en el surgimiento del movimiento revolucionario?, y la llegada del comandante Hugo Chávez al poder.
– Este fue el inicio en el que un pueblo decidió no guardar más silencio y a buscar alternativas para responder a sus realidades. Esto era necesario, saber quiénes éramos y qué buscábamos. Ese 27F marcó al país, porque fue un pueblo que reclamaba sus derechos, el inicio de una Gesta Revolucionaria que lideró el Comandante Chávez, quien comprendió claramente que nuestros militares eran hombres, pueblo en armas que no estaban para dispararle al pueblo, porque ellos también eran pueblo.
A partir de ahí, comunicó que recuerda claramente el 27, 29 y los días posteriores, por ser días colmados de mucha tensión que se sentía y generaba temor, frustración y rabia, sentimientos que literalmente, fueron leídos por el Comandante Chávez.
El 27-F fue el inicio del Movimiento Revolucionario que emprendió esa toma de conciencia, de protagonismo, y de comprender la unión cívico-militar y el liderazgo del Comandante, que inició con los cuarteles, donde nació esa responsabilidad de la consciencia y el momento histórico que nos tocaba vivir. ¡Esto fue necesario para el proceso de transformación!
¿Qué importancia tiene el Caracazo en la construcción de la identidad política de los venezolanos hoy en día?
En esta línea, nos definió que es importantísimo el tema de la identidad política de los venezolanos, porque el 27-F fue el inicio de la ruptura de un proceso político que era representativo, y que a partir del 27-F y la toma de conciencia de hombres y mujeres de las armas, dio paso a una gesta antagónica, que fue liderada por el comandante Chávez, quien dio pasos a la participación protagónica de un pueblo, ese pueblo que decidió construir los elementos a su sociedad para que pudiera responder a sus sueños y anhelos.
Carmona destacó que este hecho tan icónico fue el fin de la democracia representativa para ser el surgimiento del poder popular, la construcción colectiva que hoy en día se sigue transitando a favor de la profundización del Estado comunal, como fase superior que «permitirá construir nuestra propia historia, de manera responsable y decidida, porque esto marcó un cambio trascendental en una estructura social que parecía inamovible, pero que permitió romper con esas cadenas y volver a lo que originalmente es nuestra génesis, y solo Chávez pudo retomar, un objetivo planteado por el Libertador Simón Bolívar: la Suprema Felicidad Social.
Rememorando esta fecha, el Comandante Eterno dijo en su discurso, en el año 2011, que «el 27 de febrero no ha terminado porque sigue levantando su grito y su canto de dolor, de esperanza y de clamor por un mundo mejor».
Fue descrito por el comandante Hugo Chávez, como la chispa que encendió el motor de la Revolución Bolivariana, porque no sólo marcó el acontecer de una nueva época con democracia, sino que hizo despertar a la población e impulsó el plan del Golpe de Estado, el cual lideró, el 4 de febrero del año 1992.
Este día sembró la convicción de lucha para seguir encaminando al país en la construcción del socialismo, de una nueva Venezuela de esperanza, que empezó a forjarse con la llegada de la Revolución.
Prensa Presidencial/Irmary Díaz.