Palacio de Miraflores, Caracas.- En una emotiva conmemoración de El Caracazo, el presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, evocó los trágicos eventos de febrero de 1989, describiéndolos como «rebelión y masacre, días de dolor, de conmoción»; pero también como «los días históricos de un parto, en ese momento el pueblo venezolano paría un tiempo histórico nuevo, paría su propia revolución».
El Mandatario recordó, a 36 años de la rebelión antiimperialista contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fue una rebelión popular en que el pueblo no se sometió a las medidas neoliberales.
«Somos los sobrevivientes de la masacre, pero también somos los herederos y las herederas de la rebelión popular de aquellos días heroicos y dolorosos», indicó.
El presidente Maduro reflexionó sobre las causas profundas de El Caracazo y señaló: «Más allá de las causales coyunturales, esa rebelión fue una rebelión histórica del pueblo contra dos siglos de traición, contra dos siglos de saqueo, contra dos siglos de dominación».
En este sentido, describió la lucha del pueblo como una resistencia contra un «modelo neoliberal», que calificó de «colonialismo económico», y recordó cómo «el pueblo de Venezuela, de manera noble, inocente y espontánea, dijo: “¡Ya basta!”».
«(…) pretendía, luego de haber robado todas las riquezas del pueblo, luego de haber entregado nuestra Patria, luego de haber engañado, reprimiendo a este pueblo durante un siglo y medio, pretendían pasar a una nueva etapa de dominación. Ya se hablaba del fin de la historia, ya se hablaba del pensamiento único y ya se hablaba de que el fondo monetario se encargaría de reorganizar el mundo a la usanza del dominio económico, del poder imperialista de Estados Unidos», explicó.
El Presidente también destacó la magnitud de la respuesta popular ante la represión.
«Fue Venezuela el epicentro de esa gran rebelión contra los apellidos, contra la oligarquía, contra el colonialismo económico y el neoliberalismo», pormenorizó y añadió que fue «una rebelión tempranera que marcaba una época».
Asimismo, indicó: «Luego de aquella masacre, consiguió su camino aquella madrugada del 4 de febrero de 1992, cuando el comandante Hugo Chávez dijo “por ahora”, se convirtió en el para siempre del proyecto de Bolívar, resucitado.
En este sentido, advirtió a quienes aún pretenden hacer mal al pueblo venezolano, que no les esperan un buen futuro por la respuesta contundente que les dará el pueblo.
«(…) ¡Ay!, de aquellos soberbios, de aquellos que nos subestimen, de aquellos que nos agredan, que pretenden masacrarnos. ¡Ay!, de aquellos a quienes les caerán las diez plagas de Egipto, porque este pueblo es victorioso, rebelde y seguirá su camino de revolución triunfante por los años que están por venir (…). ¡Ay!, de aquellos que con su soberbia pretendan dañar la paz conquistada. ¡Ay!, de aquellos que quieran meterse otra vez a masacrar con su violencia y su guerra económica al pueblo. No les deparo un buen futuro. “El que se mete con Venezuela se seca”», sentenció.
Durante su discurso, el Dignatario también enfatizó la importancia del Poder Popular en la Venezuela actual, al afirmar: «El poder está aquí en las calles, en el pueblo soberano, en el pueblo rebelde y revolucionario». Y subrayó: «El poder le pertenece al pueblo humilde, a los que han luchado siempre, a los que jamás han arriado una bandera».
Prensa Presidencial / Eduardo Hueck