Palacio de Miraflores, Caracas.- Este 27 de febrero, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, participó en la Gran Movilización en Conmemoración del 36.° Aniversario de la Rebelión Popular Antiimperialista del 27 de febrero de 1989, conocida como «El Caracazo». Este suceso histórico simboliza la resistencia del pueblo frente al modelo neoliberal que imperaba en el país en ese momento.
En su discurso, el Mandatario subrayó que lo ocurrido en 1989 no fue sólo una revuelta; lo definió como «una rebelión contra el modelo neoliberal de colonialismo económico».
La determinación de un pueblo
En un contexto en el que la violación de los derechos sociales era la norma, el jefe de Estado afirmó que hoy el pueblo venezolano se alza con la convicción de que esos derechos están siendo protegidos en el marco de la Revolución Bolivariana.
Aquella jornada de 1989, la ciudadanía horrorizada por las severas medidas económicas impuestas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y el Fondo Monetario Internacional (FMI), inundó las calles clamando justicia.
Hoy, en el mismo escenario, donde miles se agruparon para protestar, el pueblo celebra su fortaleza y determinación. «No permitiremos que la oligarquía vuelva a Venezuela», advirtió el jefe de Estado durante la marcha que llegó a la Casa del Pueblo, reafirmando: «Los derrotamos y los vamos a seguir derrotando».
El Presidente reflexionó sobre los «días dolorosos y sangrientos» que dieron inicio a un proceso revolucionario, centrado en ofrecer derechos sociales y dignidad a todos los venezolanos. En respuesta a los ataques de la oposición, el Mandatario declaró: «Nada ni nadie podrá contra la paz del pueblo de Venezuela», afirmando así su compromiso con el bienestar colectivo.
El contraste entre la Venezuela de 1989 y la actualidad, es evidente: el país ha transformado su sufrimiento en un movimiento que persigue la justicia social y participa en la construcción de un nuevo modelo social a través de la participación protagónica.
Durante su intervención, el Mandatario denunció las declaraciones de la extrema oposición, María Corina Machado, a quien tildó de ultraderechista por descalificar a los migrantes venezolanos al llamarlos «delincuentes».
Mientras el pueblo marchaba, el presidente Maduro recordó «una reacción contra dos siglos de traición, de saqueo y dominación», reafirmando así su compromiso de garantizar un futuro de paz y soberanía para la nación.
«¡Ay de aquellos que con su soberbia pretenden dañar la paz conquistada!» expresó, reflejando la determinación de un pueblo que sigue levantándose por su independencia y dignidad.
Hoy, 36 años después de «El Caracazo», la Revolución Bolivariana se mantiene firme en sus ideales. Venezuela se erige orgullosa de su historia, de su lucha y de su capacidad para convertir el dolor en esperanza.
Prensa Presidencial/ Luis Tavera